"Cada uno de nosotros tiene una presencia fiel que nos acompaña. Algo que siempre está con nosotros.
Algo que nos ayuda a vivir con integridad y profundidad, para ver a través de las fachadas externas de los demás y del mundo con el fin de ver su propósito y el núcleo del ser, y de superarlo colocándonos en el centro de todo.
Algo que nos ayuda a vivir con integridad y profundidad, para ver a través de las fachadas externas de los demás y del mundo con el fin de ver su propósito y el núcleo del ser, y de superarlo colocándonos en el centro de todo.
Este compañero o presencia es el Silencio. Nunca se va. Nos alejamos de el, nos volvemos distraídos y lo olvidamos, perdemos los modales necesarios para nutrir la amistad con él.
Nos alejamos del silencio en un mundo de ruido, como el zumbido de los insectos, forzado a existir con la constante irritación de la disonancia.
Nuestra decisión de vivir en el ruido de nuestros pensamientos y emociones - en el clamor incesante que nos rodea - sucede casi sin nuestro reconocimiento ...
Pero el silencio estaba aquí antes de cualquier otra cosa, y envuelve a todo lo demás. Es el fenómeno más primario de la existencia, tan palpable y a la vez aparentemente nada. El silencio es anterior al sonido, no el cese del sonido. Ya está presente.
Si nos dejamos caer en el silencio por un momento, sentimos su presencia como una invitación. El centro que es nuestro cuerpo material es el órgano para recibir esta invitación del Silencio.
A medida que nos adentramos en el misterio del silencio, su presencia resuena en las fibras de nuestros distintos tejidos, mientras se extiende más allá de ellos, al alma hacia el interior y al cosmos hacia el exterior.
El centro que es nuestro cuerpo es el punto de encuentro necesario donde el silencio interior de la soledad se encuentra con el gran silencio de la sabiduría cósmica.
Cuando no cultivamos este punto de encuentro de la manera correcta, perdemos el acceso a nuestra alma, a la presencia del Silencio, y nuestro lugar individual en la sabiduría del mundo. Sin Silencio, estamos perdidos y no podemos conseguir la calma suficiente para encontrar el camino de vuelta.
El silencio abarca la plenitud que buscamos, aun cuando no sabemos exactamente lo que estamos buscando. Está a nuestro alrededor y también dentro de nosotros. Va a lo más profundo del alma en los límites exteriores del cosmos y continuamente une los dos en el centro del corazón.
Aquí descubrimos el poder de la re-creación. Aquí todo cobra vida de nuevo como si fuese la primera vez.
Este misterioso secreto es tan revolucionario que todos los que aspiran a comercializar el mundo conspiran para enterrarlo en el ruido. Su fuerza es tan sugerente que nos hace correr hacia este ruido, aunque no seamos conscientes de que lo estamos haciendo."
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